A continuación te contaremos sobre el cambio de pavimento del suelo en una vivienda de segunda mano.
A menudo, cuando se compra una vivienda de segunda mano, lo primero que se hace es realizar un “cambio de cara”, cambiando los revestimientos y pavimentos existentes.
En el caso de los revestimientos, suele bastar con un cambio de los colores de la pintura sobre el yeso, y en las piezas cerámicas de los cuartos húmedos, éstas se suelen retirar.
El caso de los suelos es diferente.
Quien no conoce el caso de alguien que ha dispuesto un pavimento nuevo sobre otro existente, sin retirar este último. Total, un pavimento suele pesar poco, y no se le suele dar importancia a esto. En la actualidad hay materiales que se colocan en seco, es decir directamente sobre el existente, como puede ser la tarima sintética. Sin embargo, a veces se coge una pieza cerámica con 4 ó 5 cm de mortero de cemento, y ahí es donde este conjunto sí puede llegar a pesar 100 kg/m². Si es la primera vez que se colocar ese pavimento nuevo, no suele pasar nada, ya que los coeficientes de seguridad, de minoración de resistencia y mayoración de cargas, absorben esa demasía.
El problema se presenta en edificaciones antiguas, donde los propietarios caen en el error de no suponer que el anterior dueño también cambió el suelo, y pudiera ser que hubiera sucedido más veces. Nos encontramos con que hay un suelo sobre otro y éste sobre otro… No hay un cambio en el pavimento del suelo de la vivienda.
En el ejemplo que describiré, en un edificio relativamente antiguo, el suelo había cedido ligeramente, por lo que el propietario estimó que echando una lechada de cemento para nivelarlo de nuevo y disponer el nuevo pavimento encima, el problema quedaría resuelto. En este punto, lo lógico es pensar que, si el suelo ha cedido, es porque la masa que había se ha desplazado hacia algún sitio, que lo normal es que sea hacia abajo. Probablemente el pavimento hubiera cedido porque las viguetas, que eran de madera, a su vez, habrían cedido por el peso que soportaban. Si hubiera realizado la obra como pensaba, no solucionaría el problema, sino que habría agravado el problema. Si el vecino de la vivienda inferior no se había quejado, es porque en los edificios antiguos las plantas suelen ser muy altas y suelen disponer de falso techo, por lo que visualmente no se detecta nada.
La actuación consistió en retirar la última plaqueta cerámica, la que había cedido, junto con su capa de mortero de cemento, también quitar la cerámica antigua que había bajo ella, y también quitar los 15 cm de tierra natural que había como capa de regulación. No es motivo de este artículo, describir la causa por la que se dispone una capa de tierra natural, y a veces piedras, sobre el forjado original.
En el caso que nos atañe, una vez vaciado parte del relleno del forjado, únicamente de la estancia donde había cedido el suelo, se rellenó con planchas de poliestireno extruído, que se suele utilizar como material aislante térmico y tiene bastante estabilidad cuando se dispone peso superficialmente sobre él. Posteriormente, sobre estas planchas de poliestireno, se dispuso una capa de 4 cm de mortero de cemento para regularizar, y finalmente el pavimento que este caso fue a base de laminado sintético.
Esta solución permitió solucionar el problema, no sólo sin perjudicar aún más a las viguetas del forjado, sino que aliviamos la carga que recibían.
Aunque la obra realizada fue un poco más costosa, se estaba alargando la vida de los elementos estructurales del edificio.