Conoce todo lo que debes tener en cuenta para la instalar un ascensor en un edificio antiguo.
Instalar un ascensor en un edificio antiguo no suele ser tarea fácil.
Hay una gran demanda para instalar un ascensor en edificios relativamente antiguos, bloques de viviendas de 4 ó 5 plantas, cuyos propietarios son gente mayor con problemas de movilidad. No acometer este tipo de obras, crea un problema urbanístico de edificios vacíos que se encuentran en unas condiciones aceptables.
A menudo, las comunidades de propietarios acuden directamente a las empresas instaladoras, estimando que su experiencia es suficiente para un asesoramiento inicial. El propio ascensor y sus accesorios, suele suponer un coste inferior al 50% de la obra que se necesita acometer, por lo que las empresas instaladoras son reacias a hacerse cargo de la totalidad de la obra.
Tal y como explicaremos posteriormente, lo coherente es contactar inicialmente con un técnico que realice una visita y analice la posibilidad real de instalar el ascensor, barajando las diferentes opciones disponibles.
Serán de aplicación las estipulaciones descritas en el Documento de Apoyo DA DB-SUA/2 del CTE (Real Decreto 314/2006 Código Técnico de la Edificación), además de las normativa autonómica y municipal.
¿ES NECESARIO UN PROYECTO PARA LA INSTALACIÓN DE UN ASCENSOR?
Es obligatorio la redacción de un Proyecto (según Ley 38/1999 de Ordenación de la Edificación), donde se justifique toda la normativa técnica de aplicación.
Para la obtención de la Licencia de Obras, siempre se exigirá por parte de la Administración pública un Proyecto, redactado por un técnico competente, y visado por el correspondiente Colegio Profesional (según Real Decreto 1000/2010 sobre Visado Colegial Obligatorio).
Ya que es obligatorio, el punto de partida debería ser contactar con un técnico que valores las diferentes opciones disponibles.
¿QUÉ TÉCNICO PUEDE REDACTAR EL PROYECTO?
Una de las primeras cuestiones a resolver es qué técnico puede redactar el proyecto para instalar un ascensor. Esta cuestión se refleja en la LOE (Ley 38/1999 de Ordenación de la Edificación).
A continuación, citaremos a grandes rasgos, las diferentes posibilidades existentes.
Por tratarse de una instalación del edificio, tienen competencia para la redacción del proyecto los Ingenieros y los Ingenieros Técnicos. Estos técnicos pueden proyectar instalaciones con todo lo que ello conlleva.
También los Arquitectos Técnicos (o Aparejadores) pueden proyectar instalaciones, siempre que no necesite de una actuación estructural. Por este motivo, no pueden redactar un proyecto de instalación de ascensor.
Por otro lado, para cualquier actuación que afecte a la estructura de un edificio residencial, son los Arquitectos los únicos que tienen plena competencia.
En resumen, y siempre que los Servicios Técnicos municipales lo acepten, si la instalación del ascensor no afecta en modo alguno a la estructura del edificio existente, pueden redactar el proyecto los Ingenieros o Ingenieros Industriales; pero si se viera afectado algún elemento estructural (aunque sea el apoyo de algún elemento sobre la estructura existente), entonces deberá ser un Arquitecto.
Ante lo expuesto, parece razonable que el primer paso sea realizar la consulta a los Servicios Técnicos Municipales.
POSIBLES UBICACIONES DEL ASCENSOR
A continuación, describiremos de una manera genérica, diferentes ubicaciones que se suelen barajar para instalar el ascensor.
No se debe olvidar que sólo el análisis de los condicionantes particulares de cada edificio, muestra las diferentes opciones.
La ubicación del ascensor en algún espacio interior del edificio se presenta como la opción más deseable. Habrá que analizar como puede verse afectada la estructura del edificio y en caso de tener que actuar sobre ella, cómo hacerlo para seguir garantizando la seguridad de los usuarios.
Interior del Edificio
Como lugar preferente para instalar el ascensor está el interior del edificio, junto al rellano de acceso a las viviendas. En numerosas ocasiones no hay posibilidad de instalarlo sin ocasionar algún tipo de obra en la planta baja y en las viviendas superiores, por la superficie necesaria para que el ascensor tenga unas dimensiones razonables.
Patio Interior
Otra opción que se suele barajar para instalar el ascensor es la de situarlo en un patio interior del edificio. En esta solución, hay que estudiar los condicionantes del patio, considerándolo como un espacio abierto privado, pero sin llegar a ser la vía pública. Como premisa hay que considerar cómo puede afectar la caja del hueco del ascensor con relación a dificultar la ventilación de alguna estancia de las viviendas, y si a pesar de ello fuera subsanable. Este es un aspecto necesario por estar regulada la ventilación necesaria en las viviendas, según las consideraciones del documento DB HS-3 (Salubridad) del CTE y las incidencias en estos casos que se desarrolla en el apartado B.4.4 del DA DB-SUA/2 del CTE (Real Decreto 314/2006 Código Técnico de la Edificación).
A menudo, la escalera existente tiene los descansillos intermedios (entre plantas) en la fachada del patio, por lo que la instalación del ascensor obligaría a los usuarios a subir al menos un tramo de escaleras. A pesar de tratarse de la solución más barata no es recomendable, ya que aunque se reduce el problema, éste no desaparece y los usuarios acaban por arrepentirse.
Otro revés que suele presentarse, es que a menudo los patios interiores no llegan hasta la planta baja, ubicándose algún garaje o local particular bajo él. No entraremos a analizar las diferentes opciones de compra que pueda realizar la comunidad del local o de parte de él, hecho que se ha planteado en ocasiones.
Otra opción suele ser instalar el hueco del ascensor en la ubicación de las escaleras existentes, construyendo una caja de escaleras en el ascensor. Esta opción es la más cara, pero la que proporciona un resultado más satisfactorio para los vecinos.
Exterior – Vía Pública
Una de las opciones más manejadas suele ser la de la instalación en el exterior del edificio, que salvo excepciones suele ser en la vía pública. Esta solución tiene grandes similitudes con la de la ubicación en un patio interior, con la salvedad del condicionante que presenta la vía pública, que en ocasiones tiene un acerado estrecho y no se consigue el permiso por parte de los Servicios Municipales.
La entrada a las viviendas no suele situarse en la fachada del edificio, lugar ocupado normalmente por la caja de escaleras y más concretamente las mesetas intermedias entre plantas. Instalar directamente el ascensor en la fachada en estas condiciones, implica que los usuarios deben hacer uso de un tramo de escaleras. Esta solución es la más barata, pero la menos satisfactoria para los usuarios. La solución más común es la ejecución de la caja del ascensor en la ubicación de la caja de escaleras existente, construyendo otra caja de escaleras que sea la que ocupe parcialmente la vía pública.
ASPECTOS A TENER EN CUENTA
Hay que hacer referencia a diferentes aspectos que pueden influir directamente a la hora de contratar la instalación de un ascensor.
El gasto de la instalación
El costo ocasionado no es barato, y a menudo los propietarios valoran aspectos como el sentimental, por ser su casa de toda la vida, y no realizar un estudio económico de la operación.
Es innegable que la instalación de un ascensor es una mejora sustancial para el edificio. Y no sólo para las viviendas que van a servirse de él, sino también de los locales comerciales, ya que la revalorización del inmueble afecta a todas las partes que lo componen.
El análisis económico debe plantearse de la siguiente manera. Si los propietarios no pueden hacer uso del edificio, las viviendas van quedando cerradas. En el momento de vender, ¿cuánto puede valer una vivienda en un bloque medio vacío? ¿Y si se trata además de una tercera planta sin ascensor?. Está claro que la compra no se presenta atractiva, lo mires por donde lo mires.
Si estamos hablando de una ciudad media de España, afectada por la crisis… ¿pueden darnos 60.000 € por nuestra casa? Aun cuando este tipo de viviendas suelen tener amplias estancias, en el mejor de los casos no conseguiremos mucho más. Según un caso práctico, con una obra de gran entidad para la instalación del ascensor, se puede estimar un gasto de 14.000 € por vecino (edificio de 8 vecinos).
Una vez ejecutada la obra, además de ampliar el abanico de la demanda, la vivienda se podrá vender por 80.000 – 90.000 €, con una revalorización del inmueble. En la actualidad, son numerosas empresas las que adquieren viviendas depreciadas, y tras realizar algunas reformas las vuelven a sacar al mercado, obteniendo unos abundantes beneficios.
Por lo tanto, con independencia del valor sentimental que se tenga, desde un punto de vista económico, la operación es beneficiosa.
¿Existen subvenciones para instalar un ascensor en un edificio?
También es relevante es la existencia de subvenciones para la eliminación de barreras arquitectónicas en edificios existentes. En este aspecto, las Comunidades Autónomas realizan una gran aportación, si bien las exigencias en cuanto a plazos de tiempo dificultan en gran medida el acceso a estas subvenciones. El conocimiento previo de la información a recabar, puede ser fundamental, siendo recomendable el asesoramiento de un técnico con experiencia en este tipo de gestiones.
Ruidos y vibraciones
La evolución de este tipo de instalaciones ha sido considerable. Al contrario de lo que mucha gente piensa, en muchos casos ya no es necesario un cuarto de máquinas en la parte superior del hueco, sino que los motores se sitúan entre las guías del ascensor. La perfección de los motores, tratándose de motores más precisos y ajustados, además de que los cables de acero a menudo se han ido sustituyendo por unas correas de caucho (con cables o no en su interior), han propiciado que se reduzcan considerablemente los ruidos y vibraciones, desterrando aquella antigua idea de enormes molestias.
En este aspecto, es de aplicación el apartado B.4.5 del Documento de Apoyo DA DB-SUA/2 del CTE.
Tipos de aparatos
Como punto de partida, cabe hacer una mención de los diferentes aparatos elevadores que hay en el mercado. Los aparatos elevadores se diferencian en elevadores y ascensores. Aunque los elevadores están pensados para principalmente para mercancías, también pueden transportar personas, mientras que el ascensor está pensador para el transporte de personas. La diferencia entre ambos radica principalmente en la velocidad y en el periodo de mantenimiento. Mientras que los elevadores tienen una velocidad de 0’15 m/s, la de los ascensores varía entre 0’60 y 1’00 m/s; y el mantenimiento es al menos 1 vez cada 3 meses para los elevadores y 1 vez al mes para los ascensores. Esto no significa que puedan colocarse indistintamente uno u otro, pues hay otros aspectos como la normativa autonómica, que en el caso de Castilla y León limitan enormemente la colocación de elevadores.
Dentro de los ascensores, pueden ser eléctricos o hidráulicos. La diferencia entre ambos radica en el mecanismo de movimiento del sistema. Los hidráulicos elevan la cabina por un sistema de inyección de aceite a presión, y abriendo las válvulas para el descenso, por lo que no se ocasiona consumo. Los ascensores eléctricos tienen un motor que mediante un sistema de poleas mueve el sistema de la cabina y un contrapeso, funcionando el motor en todo momento. El grupo hidráulico necesita de un espacio (con unas medidas mínimas para maniobrar) cercano al hueco del ascensor y que esté situado en la planta baja, mientras que el motor eléctrico puede situarse entre los perfiles guía en el interior del hueco.
Consumo eléctrico
Los edificios antiguos, a menudo tienen un contrato eléctrico mínimo, con lo que alimentar el alumbrado de las zonas comunes. La instalación del ascensor supondrá un aumento del término de potencia contratada, para adecuarse a la demanda del ascensor. En el mercado hay ascensores con motores eléctricos monofásicos y otros con motores eléctricos trifásicos. Esto puede suponer que haya que realizar un suministro trifásico a la comunidad. Esto no debe ser motivo para asustarse, pues la gente relaciona equivocadamente el término “trifásico” con “motor grande” y por consiguiente con “gasto grande”. El gasto de la acometida no suele ser excesivo, ni tampoco tiene por qué serlo el de la factura eléctrica.
Dimensiones mínimas
Cabe preguntarse si el espacio disponible es suficiente para albergar un hueco de ascensor. Esta respuesta deber darla el técnico redactor del proyecto, y a mayores la empresa instaladora del ascensor, ya que puede variar según modelos. Lo que debe tener claro todo el mundo, es que el hueco del ascensor no es únicamente lo que ocupa la cabina, sino que por fuera de ella hay que disponer una serie de elementos, como son las guías y las sujeciones.
Los espacios disponibles en edificios antiguos no suelen ser muy amplios, por lo que también influye el tipo de puerta de acceso a la cabina. La opción más barata, evidentemente es la puerta abatible, pero a menudo no es la deseable por los propietarios. La puerta abatible dificulta la movilidad en el rellano, y es inviable para la cabina, por lo que se pueden disponer puertas de fuelle. Otra opción son las puertas deslizantes, tanto para el rellano como para la cabina. Este tipo de puertas pueden ser de 2, 3 ó 4 hojas. Para conseguir un acceso a la cabina lo más amplio posible, estas hojas deslizantes deben recogerse totalmente por el lateral del hueco, lo que hace necesario un mayor ancho. Como estimación inicial, con una puerta de 3 hojas deslizantes, hace falta un ancho mínimo de 1’20 m (hueco más un lateral).
Si bien ya no suele ser necesario el cuarto de máquinas superior, la normativa de aplicación sí que estipula unos huecos de seguridad para el mantenimiento. Para hacernos una idea inicial, el refugio en el foso deberá ser aproximadamente de 1’20 m de hueco libre, desde el fondo del foso hasta el acceso de la planta más inferior. Para el refugio en el techo se deberán dejar 3’60 m libres desde el acceso (suelo) de la planta superior hasta el techo del hueco. Estas medidas son orientativas y varían según las circunstancias, por lo que conviene realizar la consultar a los fabricantes antes de iniciar las obras.
Salvo en el caso de que exista un espacio libre dispuesto para el ascensor, siempre se ven afectadas las dimensiones de los pasillos y las escaleras existentes. La incidencia sobre estos elementos en materia de accesibilidad y evacuación en caso de incendio, motivada por la instalación de un ascensor, se describen en los apartados B.4.2 y B.4.3 del Documento de Apoyo DA DB-SUA/2 del CTE. Estas medidas son inferiores a los mínimos estipulados para un edificio de nueva construcción, pero la realidad es que estos edificios antiguos, se encuentran en uso y es raro que cumplan con la normativa actual.
A grandes rasgos, podemos hablar de 0’80 m como el ancho mínimo (salvo puntualizaciones) que deberán tener las escaleras o los pasillos tras la instalación del ascensor. No debemos olvidar las exigencias de los Servicios Técnicos municipales, que normalmente requieren las mismas condiciones que tenían antes de la intervención.
Capacidad de ocupantes del ascensor
El número de ocupantes de un ascensor depende de la superficie interior de la cabina. En estos casos, lo importante es la posibilidad real de que una silla de ruedas o el cochecito de un bebé (y su madre) entren en el interior, sin apreturas y que los propietarios puedan utilizar el ascensor en unas condiciones normales.
Es frecuente que un ascensor esté capacitado para 4 ocupantes, y un alargamiento de la cabina le otorgaría otro ocupante más, pero resulta innecesario ya que lo que puede necesitarse es un ensanchamiento. Lo coherente es obtener unas dimensiones mínimas en ambos sentidos.
Modificaciones de las zonas comunes
A menudo la ubicación del hueco del ascensor obliga a modificar instalaciones existentes, como pueden ser armarios o cuartos de contadores de agua, electricidad… y suele ocurrir que se trate de instalaciones antiguas, por lo que el cambio de emplazamiento de estos armarios obliga a la adecuación de este elemento a la normativa actual.
Molestias durante las obras
Otro aspecto muy importante son las molestias que por las obras se puedan ocasionar a los propietarios, y más concretamente citaremos la necesidad de ejecutar algunos trabajos sin que nadie pueda hacer uso del edificio temporalmente. La experiencia nos ha mostrado que, para el mismo trabajo, unos vecinos abandonan sus viviendas, mientras que otros no lo hacen. Por ello, la organización previa de la obra es muy importante.